Bruce Springsteen y Robert De Niro sorprendieron a sus seguidores al decidir abandonar Estados Unidos, alegando la creciente falta de respeto y el cambio en el clima cultural.
Ambos íconos, conocidos por sus contribuciones a la cultura estadounidense, expresaron su profunda decepción por el rumbo que está tomando el país.

Springsteen, una voz de la clase trabajadora desde hace mucho tiempo, admitió que le cuesta reconocer los valores que Estados Unidos defendió en su día.
De Niro, conocido por sus francas opiniones políticas, dijo que la creciente falta de respeto en el discurso público se ha vuelto intolerable.
Algunas fuentes sugieren que la retórica incendiaria y los ataques personales influyeron en su decisión.
Aunque sus destinos siguen sin confirmarse, los informes indican que Springsteen podría mudarse a Europa, mientras que De Niro está considerando Italia, donde posee una villa.
Su partida ha provocado reacciones encontradas: algunos se entristecen por la pérdida de dos leyendas, otros los instan a quedarse y luchar por un cambio.

Su decisión plantea una pregunta urgente: ¿qué dice sobre Estados Unidos que dos de sus figuras más emblemáticas decidan irse?