El dilema de la infidelidad masculina
Cuando una mujer descubre que su pareja le ha sido infiel, muchas veces se pregunta: “¿Por qué no me deja si ya tiene a otra?”. La realidad es que, en la mayoría de los casos, los hombres infieles no abandonan a sus esposas, y no es por amor ni por compromiso. Existen razones más complejas y profundamente arraigadas que van mucho más allá de lo superficial.
La zona de confort y el miedo al cambio
Uno de los motivos más frecuentes es el miedo al cambio. Dejar a una esposa implica enfrentar consecuencias legales, económicas y sociales. Muchos hombres se sienten cómodos con la estabilidad que les ofrece su hogar: una rutina conocida, hijos, bienes compartidos y una vida ya construida. La amante representa lo prohibido, la pasión, pero no siempre la estabilidad.
El ego y la doble vida
La infidelidad también puede ser una forma de alimentar el ego. Algunos hombres se sienten más poderosos al tener “lo mejor de dos mundos”: una familia estable y una relación secreta que les devuelve la emoción perdida. No están dispuestos a renunciar a ninguna de las dos, y por eso eligen seguir engañando antes que enfrentar la soledad o reconstruir su vida desde cero.
El verdadero amor no traiciona
Es fundamental que las mujeres comprendan que la infidelidad nunca es un error inocente ni un simple desliz. Es una decisión consciente y repetida que demuestra falta de respeto. Un hombre que ama de verdad no traiciona, no hiere ni mantiene una doble vida. El amor verdadero se construye sobre la lealtad, la comunicación y el compromiso mutuo.
Conclusión
No esperes que un hombre infiel cambie solo por promesas o arrepentimientos momentáneos. Su permanencia en el matrimonio no siempre significa que aún te ama, sino que no quiere perder los beneficios que tiene contigo. Tu valor no depende de su fidelidad, sino de lo que tú decides tolerar. Ámate lo suficiente para poner límites y buscar una relación que sí te respete.
